¿Estamos preparados para la recién entrada en vigor de la obligatoriedad del USO del BIM en las obras públicas de arquitectura?

Sin perjuicio de requerimientos legales, y con el único ánimo de orientar a aquellas instituciones públicas que tienen la intención (y el mandato normativo) de exigir BIM como base de sus nuevas licitaciones, pero no disponen de experiencia, a continuación nos permitimos aportar algunas ideas generales y sugerencias:

Proyecto básico

En el caso de los concursos de proyectos que definen solamente los parámetros fundamentales de los nuevos edificios: formales, constructivos y urbanísticos (proyectos “básicos”), vemos muy aconsejable exigir que se resuelvan a partir de modelos BIM. Entre otras muchas razones destacan dos: por una parte, un diseño apoyado en un modelo BIM puede a llegar a ser mucho mejor, por otra, la auditoría de un modelo es más completa y eficiente que la de documentos independientes (planos y memorias).

Los modelos BIM no son por sí mismos la razón, para que se den estas ventajas es importante que los modelos cumplan unas condiciones mínimas de fiabilidad:

  • Que los planos y los cuadros de superficies entregados sean extraídos directamente del modelo BIM
  • Que los modelos BIM permitan al auditor diferenciar clara y fácilmente los contenidos editables e interactivos de los que no lo son, por ejemplo: inserción de imágenes, elementos 2D, o elementos en formatos no nativos (IFC, etc.)
  • Que se entregue al promotor los modelos BIM en formato nativo
  • Que, con el objeto de no obligar a analizar el proyecto exclusivamente con herramientas BIM, se proporcione al auditor, en formatos editables, los contenidos fundamentales del proyecto:
    • vistas en formato vectorial de los elementos más relevantes de los edificios, en planta y sección
    • cuadros de superficies en formato de hoja de cálculo
    • listados de materiales, etc.

Proyecto de ejecución

Las ventajas de los modelos BIM para los proyectos ejecutivos son normalmente más discutidas porque suponen un coste considerable y se han dado casos que ponen en duda la garantía de éxito de la inversión.

El que estos modelos BIM tengan un coste considerable es una afirmación bastante poco discutible, consecuencia directa de valorar un trabajo elaborado hasta un elevado nivel de detalle. La cuestión está en saber cuándo deja de ser operativo elevar el nivel de desarrollo y de detalle de un modelo BIM, en función del tipo de proyecto que se está haciendo.

Como hemos dicho antes, los modelos BIM son más recomendables cuanto más complejo y caro es el edificio a proyectar (tanto por su contenido, como por las condiciones en que se tiene que construir), o cuanto menor es el plazo de ejecución previsto. Entendemos que no se debe exigir altos niveles de desarrollo cuando los edificios a proyectar son convencionales (no parece justo olvidar que antes del BIM se ha realizado muchas operaciones de construcción con buenos niveles de éxito).

Respecto de las dudas sobre la garantía de la inversión en un proyecto de ejecución realizado con BIM, la cuestión está en saber cuáles son las claves para conseguir que un desarrollo BIM genere buenos resultados:

  • En nuestra opinión, basada en que no todas las operaciones en que hemos participado han sido lo buenas que se esperaba, el uso de determinadas herramientas, o la aplicación de “recetas” extraídas de publicaciones, no es suficiente. Los proyectos listos para construir son documentos complejos (múltiples disciplinas) y muy especializados, en los que la falta de coordinación suele ser una gran dificultad.
  • Cuando se decide exigir un desarrollo BIM del proyecto ejecutivo, más que preocuparse por el nivel de desarrollo o detalle de los modelos, creemos que resultaría más efectivo hacerlo por el sistema de control continuado del avance del proyecto.
  • Hemos podido comprobar en obras terminadas con modelos BIM, que un proyecto con poco nivel de detalle, pero con todas sus partes bien concebidas y coordinadas, genera mejores resultados que con mucho nivel de desarrollo y detalle, pero poco coordinado. Y resulta además que si el proyecto muy desarrollado y detallado contiene errores (o no cumple con los requisitos básicos), es muy costoso y complicado de reparar.

Como conclusión, creemos que, si se opta por un desarrollo BIM del proyecto ejecutivo, el promotor debería estar formado en materia BIM para poder realizar un seguimiento continuado y actuar sobre sus soluciones antes de que estén desarrolladas totalmente. Si no le es posible internamente, la opción pasa por disponer de un equipo de confianza formado, en primer lugar, en la auditoría de proyectos, y en segundo, en tecnología BIM.

Proyecto y obra

Respecto de esta opción, tienen validez los dos apartados anteriores, con una matización: el hecho de que constructor y proyectista tengan que resolver internamente las posibles incoherencias del proyecto no exime al promotor de la necesidad de controlar de forma continuada el progreso de la elaboración de los documentos que llegan a la obra.

Por tanto, en este caso, también consideramos necesario la formación BIM del promotor o del organismo de control de proyectos que lo asesore (o la elección de un equipo técnico experimentado en construcción, con conocimientos BIM).

Nota final

No podemos terminar este artículo sin llamar la atención en relación con algunas de las asistencias BIM que están disponibles en el mercado de la construcción, y que ofrecen servicios de modelado para proyectos y obras: confiar en una asistencia que solamente tenga solvencia en el modelado es una opción que reviste un nuevo peligro, insólito en la construcción hasta la aparición del BIM, que se deriva de la condición de base de datos de los sistemas BIM, que pasamos a explicar:

Un modelo BIM es una “caja oscura” que muestra al usuario solamente las consultas (planos y listados) solicitados de forma explícita, de manera que puede contener múltiples elementos indeseados e incorrectos, muy difícilmente apreciables, pero cuya presencia puede, y suele, hacerse patente en el momento de la construcción. Insistimos en que la asistencia BIM debe garantizar, además de un control profundo de la herramienta, un conocimiento en materia de construcción que vigile permanentemente el crecimiento de los modelos.

Francisco Pastor Gil

Arquitecto