El umbral se muestra como parte de la calle invitandote a entrar,así el acceso se abre a la espacialidad de la recepción. El techo es un paisaje de vacios y llenos (a imagen de piezas bucales) que envuelven las distintas salas moldeadas dentro de este local. Sensaciones de tranquilidad, alegría y confortabilidad te envuelven tanto en las estancias como en los recorridos.
La sobriedad de algunos materiales como la madera contrasta con el dinamismo intencionadamente pulcro del policarbonato que retroiluminado provoca el efecto de expansión espacial. Los espacios se vuelven acojedores y elegantes conforme se descubren.